domingo, 28 de febrero de 2016

Geografía 22-26 de Febrero, Hidrografía de Colombia

HIDROGRAFÍA DE COLOMBIA


Actividad: Elabore un mapa ubicando los ríos mencionados en cada una de las vertientes del país. Repase para el ejercicio de la semana que inicia.



Vertiente es el lugar a donde llegan las aguas de las cuencas. En Colombia los ríos se ubican en cinco vertientes: Caribe, Pacífico, Amazonas, Orinoco y Catatumbo, determinadas por el relieve montañoso, el cual sirve como zona divisoria de las aguas.






Vertiente del Caribe


La vertiente del Caribe alcanza una superficie aproximada de 389.000 km2, sus ríos son de curso largo y de fácil navegación. Está formada por las siguientes cuencas hidrográficas:
Cuenca del sistema río Magdalena-río Cauca (270.000 km²)
Cuenca del río Atrato (45.000 km²)
Cuencas de la Sierra Nevada de Santa Marta y la Guajira (30.000km²)
Cuenca del río Sinú (17.000 km²)




Vertiente del Pacífico

La vertiente del Pacífico abarca aproximadamente 88.000 km2. Sus ríos atraviesan zonas selváticas y por la alta pluviosidad son torrentosos, sus cursos son cortos y de grandes pendientes que favorece el arrastre de gran carga de sedimentos, los cuales al ser depositados en las zonas bajas propician la formación de deltas. Está formada por las siguientes cuencas:

Cuenca del río Patía (24.000 km²)
Cuenca del río San Juan (Colombia) (20.000 km²)
Cuenca del río Mira (11.000 km²)
Cuenca del río Baudó (8.000 km²)
Otras cuencas menores, incluidas las del Micay y Guapi (25.000 km²)

Vertiente del Amazonas
Tiene un área de 345.000 km². Está formada por las siguientes cuencas:
Cuenca del río Caquetá (200.000 km²)
Cuenca del río Putumayo (parte colombiana) (54.000 km²)
Cuenca del río Vaupés (parte colombiana) (38.000 km²) 
Otras cuencas menores (53.000 km²)  




Vertiente del Orinoco

La vertiente hidrográfica de la Orinoquía tiene 328.000 km², incluye grandes ríos como el Río Orinoco, el Guaviare, el Meta, el Inírida y otros más pequeños como el Tomo y el Vichada. La mayor parte de los ríos de esta vertiente nacen en la cordillera oriental y descienden a la llanura donde se explayan y generan amplias zonas de inundación. Está formada por las siguientes cuencas:
Cuenca del río Guaviare (140.000 km²)
Cuenca del río Meta (112.000 km²)
Cuenca del río Vichada (26.000 km²)
Cuenca del río Tomo (20.000 km²)
Cuenca del río Arauca (parte colombiana) (8.000 km²)
Otras cuencas menores (22.000 km²) 


Vertiente del Catatumbo

La vertiente del Catatumbo con 18.700 km², vierte en el lago Maracaíbo, con las siguientes cuencas:
Cuenca del río Catatumbo (parte colombiana) (7.300 km²)
Cuenca del río Zulia (Parte colombiana) (4.800 km²)
Cuenca del río Sardinata (3.400 km²)

- See more at: http://comunidadplanetaazul.com/agua/aprende-mas-acerca-del-agua/vertientes-hidrograficas/#sthash.FNCks1gb.dpuf

Democracia, 22-26 de febrero, LOS DERECHOS DE LA MUJER


HISTORIA DERECHOS DE LA MUJER

Actividad: Elabore una relación entre los derechos enunciados y la historia presentada en el vídeo. Destaque en el escrito a presentar los derechos recopilados para esa comparación analítica en la evolución de los derechos.




Declaración de los Derechos de la Mujer


1 - La mujer nace libre y permanece igual al hombre en derechos. Las distinciones sociales sólo pueden estar fundadas en la utilidad común.

2 - El objetivo de toda asociación política es la conservación de los derechos naturales e imprescriptibles de la Mujer y del Hombre; estos derechos son la libertad, la propiedad, la seguridad y, sobre todo, la resistencia a la opresión.

3 - El principio de toda soberanía reside esencialmente en la Nación que no es más que la reunión de la Mujer y el Hombre: ningún cuerpo, ningún individuo, puede ejercer autoridad que no emane de ellos.

4 - La libertad y la justicia consisten en devolver todo lo que pertenece a los otros; así, el ejercicio de los derechos naturales de la mujer sólo tiene por límites la tiranía perpetua que el hombre le opone; estos límites deben ser corregidos por las leyes de la naturaleza y de la razón.

5 - Las leyes de la naturaleza y de la razón prohíben todas las acciones perjudiciales para la Sociedad: todo lo que no esté prohibido por estas leyes, prudentes y divinas, no puede ser impedido y nadie puede ser obligado a hacer lo que ellas no ordenan.

6 - La ley debe ser la expresión de la voluntad general; todas las Ciudadanas y Ciudadanos deben participar en su formación personalmente o por medio de sus representantes. Debe ser la misma para todos; todas las ciudadanas y todos los ciudadanos, por ser iguales a sus ojos, deben ser igualmente admisibles a todas las dignidades, puestos y empleos públicos, según sus capacidades y sin más distinción que la de sus virtudes y sus talentos.

7 - Ninguna mujer se halla eximida de ser acusada, detenida y encarcelada en los casos determinados por la Ley. Las mujeres obedecen como los hombres a esta Ley rigurosa.

8 - La Ley sólo debe establecer penas estrictas y evidentemente necesarias y nadie puede ser castigado más que en virtud de una Ley establecida y promulgada anteriormente al delito y legalmente aplicada a las mujeres.

9 - Sobre toda mujer que haya sido declarada culpable caerá todo el rigor de la Ley.

10 - Nadie debe ser molestado por sus opiniones incluso fundamentales; si la mujer tiene el derecho de subir al cadalso, debe tener también igualmente el de subir a la Tribuna con tal que sus manifestaciones no alteren el orden público establecido por la Ley.

11 - La libre comunicación de los pensamientos y de las opiniones es uno de los derechos más preciosos de la mujer, puesto que esta libertad asegura la legitimidad de los padres con relación a los hijos. Toda ciudadana puede, pues, decir libremente, soy madre de un hijo que os pertenece, sin que un prejuicio bárbaro la fuerce a disimular la verdad; con la salvedad de responder por el abuso de esta libertad en los casos determinados por la Ley.

12 - La garantía de los derechos de la mujer y de la ciudadana implica una utilidad mayor; esta garantía debe ser instituida para ventaja de todos y no para utilidad particular de aquellas a quienes es confiada.

13 - Para el mantenimiento de la fuerza pública y para los gastos de administración, las contribuciones de la mujer y del hombre son las mismas; ella participa en todas las prestaciones personales, en todas las tareas penosas, por lo tanto, debe participar en la distribución de los puestos, empleos, cargos, dignidades y otras actividades.

14 - Las Ciudadanas y Ciudadanos tienen el derecho de comprobar, por sí mismos o por medio de sus representantes, la necesidad de la contribución pública. Las Ciudadanas únicamente pueden aprobarla si se admite un reparto igual, no sólo en la fortuna sino también en la administración pública, y si determinan la cuota, la base tributaria, la recaudación y la duración del impuesto.

15 - La masa de las mujeres, agrupada con la de los hombres para la contribución, tiene el derecho de pedir cuentas de su administración a todo agente público.

16 - Toda sociedad en la que la garantía de los derechos no esté asegurada, ni la separación de los poderes determinada, no tiene constitución; la constitución es nula si la mayoría de los individuos que componen la Nación no ha cooperado en su redacción.

17 - Las propiedades pertenecen a todos los sexos reunidos o separados; son, para cada uno, un derecho inviolable y sagrado; nadie puede ser privado de ella como verdadero patrimonio de la naturaleza a no ser que la necesidad pública, legalmente constatada, lo exija de manera evidente y bajo la condición de una justa y previa indemnización.

Historia, 22-26 de Febrero, LAS GUERRAS CIVILES DE COLOMBIA EN EL SIGLO XIX

LAS GUERRAS CIVILES DE COLOMBIA

Actividad: elabore una RESEÑA entre todas las guerras presentadas.


CAUSAS DE LAS GUERRAS CIVILES

Manifestadas por inconformidades entre la élite de las diferentes regiones y las tendencias ideológicas de ese tiempo, de las condiciones de vida y de la participación de la Iglesia en el poder. Por otro lado, es pertinente destacar que el Estado fue fuente proveedora de empleos y de recursos; controlar el Estado era uno de los intereses primordiales entre los líderes regionales que chocaban en las guerras civiles. Otro detonante fue el relevo generacional, en el que los aspirantes al poder no eran ya los antiguos combatientes de la Guerra de Independencia, sino personas educadas en el contexto republicano pero con intereses de control estatal.
Algo destacable fue la exclusión del partido opositor en la medida del triunfo en cada una de las guerras. Práctica observada en los cargos y la constitución cambiante a lo largo del siglo XIX.

PRINCIPALES GUERRAS CIVILES DEL SIGLO XIX.
1 - 1810-1815 - Guerra entre Centralistas y Federalistas (Patria Boba)
2 - 1839-1841 - Guerra de los Conventos (o de los Supremos).
3 - 1851 - Guerra contra las reformas liberales.
4 - 1854 - Guerra contra la dictadura del general José María Melo por parte del liberal José María Obando
5 - 1860-1862 - Guerra entre el general Tomás Cipriano de Mosquera y el Presidente Mariano Ospina Rodríguez.
6 - 1876 - Guerra entre fuerzas insurgentes y el presidente Aquileo Parra.
7 - 1885 - Guerra precursora de la constitución de 1886.
8 - 1895 - Guerra entre insurgentes y el gobierno de Miguel Antonio Caro.
9 - 1899 - Guerra de los mil días.


GUERRA DE LA PATRIA BOBA



El 20 de julio de 1810, estalló en Bogotá una revuelta que exigió y obtuvo la convocatoria de un cabildo abierto, el cual eligió por aclamación popular la “Junta de Gobierno Supremo del Reino” de Nueva Granada, con el Virrey Amar y Borbón como Presidente y José Miguel Pey y García de Andrade como Vicepresidente.


En el acta de constitución firmada en cabildo abierto y redactada por José de Acevedo y Gómez, se reconocía a Fernando VII como soberano y se establecía el gobierno interino de la Junta, hasta tanto se expidiera la constitución que haría, de Nueva Granada, un estado independiente y federado a la nación española, en el marco de una monarquía constitucional.



El Virrey se negó a hacer parte de la Junta, fue puesto prisionero en Cartagena y tuvo que regresar a España. La Junta Suprema asumió, entonces, el gobierno; ignoró el Consejo de Regencia, aunque reconoció la autoridad de Fernando VII, aún cuando se disputaba la guerra entre Francia y España tras el desarrollo del Imperio Napoleónico, situación que se aprovechó en América para establecer Cortes Generales y la constitución de un gobierno central, para lo cual se convocó un congreso por parte de todas las provincias.



El Acta del 20 de julio es realmente un Acta de Independencia: se reconoce a Fernando VII, pero de manera teórica, porque en la práctica se da un gobierno y se consigna la voluntad de convocar un congreso, de hacer una constitución y de sentar una patria separada de la corona española.


El 25 de julio de 1810, José Miguel Pey, Alcalde de Santa Fe de Bogotá y Vicepresidente de la Junta Suprema, fue escogido por este organismo como su Presidente y permaneció en el cargo hasta el 27 de Febrero de 1811. Pey de Andrade puede ser considerado como el primer jefe de estado de la nueva nación, aunque en otros territorios nacionales se negaba su cargo, pues las constituciones comenzaron a redactarse por todo el país y colocando a nuevos mandatarios.

Por haber sido Santa Fe el asiento de los altos poderes españoles, su ejemplo debía tener – y los tuvo - imitadores en todo el país. Los sucesos ocurridos a fines de 1810, realzados por la deposición del Virrey y de las demás autoridades coloniales, dan idea de la extensión del movimiento revolucionario.



Cartagena, Santa Marta, Antioquia, El Chocó, Socorro, Casanare, Neiva, Mariquita, Pamplona y Tunja establecieron, como la capital, juntas de gobierno independiente. En las cuatro últimas provincias apareció pronto la discordia pues algunos lugares pretendían depender de Santa Fe y otros constituir un gobierno particular con autonomía independiente de Santa Fe.



La revolución no llegó a algunos puntos del país, pues la provincia de Riohacha y las del Istmo de Panamá permanecieron fieles a las autoridades españolas existentes. En el Sur, la revolución tuvo varias vicisitudes y, al final del año, el gobernador de Popayán, don Miguel Tacón, contuvo la revolución aprovechando las rivalidades de la capital con Cali y otros lugares del valle del Cauca y, apoyándose en las tropas que hizo venir de Pasto, disolvió la Junta Provisional de Seguridad e hizo inútil el esfuerzo de los patriotas para establecer una junta de gobierno en Popayán. Hacia fines de 1810, hubo en Santa Marta una contrarrevolución: el Gobernador disolvió la junta, constituyó otra a su antojo y desde entonces principió la resistencia de la ciudad al partido independiente.

GUERRA DE LOS CONVENTOS O DE LOS SUPREMOS 1839-1841




“Alianza de ex bolivarianos y ex santanderistas", en el Congreso eligió en 1835 a José Ignacio de Márquez como vicepresidente de la República y más tarde - en 1837 - como presidente. En ambas ocasiones su contendor fue José María Obando, candidato del partido santanderista. Aunque el santanderismo llegaría incluso a un alzamiento armado para combatirlo, Márquez sería el primer presidente civil en terminar su período de gobierno en la historia republicana de Colombia.



Márquez dio inicio a su gestión con medidas conciliatorias hacia el santanderismo, por lo cual mantuvo en su puesto a la mayoría del gabinete del general Santander y a casi todos los gobernadores de las provincias. Sin embargo, la creciente oposición del partido santanderista y las presiones de los ministeriales - el partido de gobierno - llevaron a Márquez a desplazar paulatinamente a los santanderistas de la administración pública y a reemplazarlos por ministeriales o llamados también conservadores.

A un año de iniciada la administración de Márquez, los santanderistas ya habían abandonado el gabinete, y los ex bolivarianos Pedro Alcántara Herrán habían pasado a ocupar los dos más importantes ministerios. Pese a que la mayor parte de los gobernadores de provincia eran aún santanderistas, este partido asumió que el fortalecimiento de los antiguos bolivarianos a nivel del gabinete de Márquez anunciaba el reinicio de la vieja confrontación con los "dictatoriales", por lo que agudizó su oposición al gobierno y se aprestó a la lucha.

En mayo de 1839, el Congreso determinó suprimir los conventos menores de Pasto, acción que reflejada el viejo santanderismo, que apenas albergaban a unos pocos monjes ecuatorianos, y destinar sus rentas a la instrucción pública de esa provincia. La oposición a esta orden produjo el 30 de junio siguiente la insurrección de la ultracatólica población de Pasto, en un movimiento que, aunque levantó banderas federalistas, estaba en realidad azuzado por el general Juan José Flores, gobernante del Ecuador, y por la Sociedad Católica de Bogotá, surgida un año antes como expresión política de los sectores más conservadores del país.

El presidente Márquez nombró al general Pedro Alcántara Herrán como comandante de la fuerza militar encargada de sofocar el alzamiento, con lo que destinó los laureles de esta acción militar a un importante personero del partido de gobierno. Obando, se dispuso a ponerse a la orden de Ignacio de Márquez y tratar de pacificar el conflicto, quién fue puesto prisionero por el asesinato años atrás de Atonio José de Sucre, la falta de garantías lo llevaron a escaparse y la confrontación desde Pasto no aguanto más, extendiéndose por todo el territorio. En este punto intervino la fatalidad, o el maquiavelismo político, para hacer que una sublevación religiosa en una provincia se convirtiera en una guerra nacional por el federalismo, conocida con el nombre de guerra de los Supremos”. Cabe resaltar que la oposición que se marcó ante el centralista Márquez dejó muy mal a su partido para las próximas elecciones.

GUERRA CONTRA LAS REFORMAS LIBERALES 1851


José Hilario López

Poco antes de mediados de siglo, durante la administración de Tomás Cipriano de Mosquera, José Hilario López aceptó la candidatura presidencial por el partido liberal. El 7 de marzo de 1849 salió electo en unos comicios muy controvertidos. Algunos congresistas se quejaron de que durante las votaciones en el cuerpo colegiado, ya que en las elecciones populares ningún candidato obtuvo la mayoría requerida, se habían visto obligados a votar por López, ante la actitud amenazante de las barras que apoyaban a este candidato.



Este cargo fue utilizado por el partido conservador, un par de años después, para iniciar una insurrección alegando la ilegitimidad del gobierno. Durante la administración de López, entre 1849 y 1853, se concretaron buena parte de las reformas a las que desde años atrás aspiraban las élites criollas vinculadas con el liberalismo. Estas reformas se orientaron, fundamentalmente, hacia las estructuras fiscal y agraria del país, el problema de la abolición de la esclavitud y las relaciones entre el Estado y la Iglesia católica.


En el campo fiscal, una de las reformas más importantes fue la supresión del monopolio estatal sobre el tabaco, que constituía la principal fuente de recursos del Estado. La ley había sido aprobada en 1848, durante la administración del presidente Mosquera, pero sólo debía empezar a regir a partir del 1 de enero de 1850. Sobre el particular, López, en su mensaje a las Cámaras a finales de abril de 1849, proponía que se estableciera una contribución que produjera lo suficiente para hacer frente a los gastos de la administración y satisfacer la deuda pública, o que se derogara la ley que abolía el monopolio del tabaco. La insistencia del Congreso en el cumplimiento de la ley, sin dotar al Estado de recursos económicos, dio lugar a la renuncia del secretario de Hacienda de López, Ezequiel Rojas, en mayo de 1849.

La drástica disminución de los ingresos estatales que significó la supresión de esta imposición, se agudizó debido a la cesión de varias rentas nacionales a las provincias, mediante la descentralización de las rentas públicas en abril de 1850. El debilitamiento del Estado introducido mediante el desmonte de sus ingresos reflejaba las ideas federalistas del liberalismo, percepción vista desde la abolición de la esclavitud que trajó repercusiones económicas.

Por lo tanto, la abolición de la esclavitud fue de las importantes medidas que entró en vigencia durante esta administración. La libertad de partos, o de vientres, había sido decretada por el Congreso de Cúcuta el 21 de julio de 1821; sin embargo, las resistencias contra la medida, especialmente en el Cauca, donde la dependencia de la mano de obra esclava era significativa, dilataron su puesta en práctica. Bajo la administración López, a pesar de que la oposición a la medida se mantenía, el presidente sancionó, el 21 de marzo de 1851, la ley que declaraba libres a los esclavos nacidos después del 21 de julio de 1821, y regulaba las indemnizaciones a pagar para la liberación de los esclavos nacidos antes de esa fecha.

Esta medida, al igual que algunas de las leyes anticlericales adoptadas bajo su administración, básicamente la expulsión de los jesuitas, la supresión del fuero eclesiástico, la abolición de los diezmos y la elección popular de los párrocos, fortalecieron la oposición al gobierno. Adicionalmente, los conflictos entre las sociedades democráticas, que habían florecido bajo los auspicios del gobierno, se agudizaron”. “Presidente de la Nueva Granada – General José Hilario López nombró a José María Obando para acabar con la insurrección iniciada por el Conservador Mariano Ospina Rodríguez, dando parte de victoria al gobierno liberal e indultando a los rebeldes”.

GUERRA CONTRA LA DICTADURA DEL GENERAL JOSÉ MARÍA MELO 1854


Durante el gobierno del General José Hilario López, el proyecto de suprimir resguardos, ejidos y barreras proteccionistas para dar paso al libre cambio, causó tal impacto que dividió a los liberales: los "gólgotas" defendían el libre cambio y los "draconianos", principalmente artesanos, defendían medidas proteccionistas.

Además, las Sociedades Democráticas, que hasta entonces eran simples asociaciones de ayuda mutua o de solidaridad gremial, pasaron a ser, también, fuerzas de choque de las autoridades liberales, especialmente en el Cauca.

Estas acciones merecieron el rechazo del conservatismo y del sector civilista del liberalismo, pero sirvieron para apoyar al caudillo popular José María Obando, quien fue electo presidente de la Nueva Granada con un considerable caudal de votos. Gracias a esto, el general López hizo entrega del poder a su amigo y compañero de luchas, Obando, el 1 de abril de 1853.

El gobierno de Obando contó con la oposición de los "gólgotas", quienes se aliaron con los conservadores para controlar el Congreso y expedir la Constitución de 1853, que le quitó al poder ejecutivo la facultad de nombrar los gobernadores de las provincias, redujo el pie de fuerza y declaró libre el comercio de armas y municiones.

Por otra parte, el enfrentamiento que desde tiempo atrás existía entre diversas fracciones del ejército, aristócratas y sectores de extracción popular, alcanzó un punto álgido. Los de extracción popular, liderados por el General José María Melo, comandante de la guardia nacional, buscando implantar ideas civilistas y democráticas, se aliaron con los artesanos que exigían aranceles de protección.

José María Dionisio Melo y Ortiz nació en Chaparral, Tolima, el 9 de octubre de 1800, cuando Colombia aún formaba parte del virreinato español de Nueva Granada y creció en Ibagué. De origen indígena pijao, fue hijo de Manuel Antonio Melo y María Antonia Ortiz.

El 21 de abril de 1819 se enroló en el Ejército Libertador comandado por Simón Bolívar, en calidad de teniente. Se destacó en las batallas de Popayán, Pitayó y Jenoy. Participó en casi todas las batallas importantes de la independencia de Suramérica: en Bomboná y Pichincha en 1822; en Junín, y en la Batalla de Ayacucho, que selló la independencia de las antiguas colonias españolas en América del Sur. Fue condecorado varias veces por su participación en estas batallas y recibió el busto del Libertador. Participó en el sitio a El Callao en 1825, y en la batalla del Portete de Tarqui en 1829. Se casó por primera vez con María Teresa Vargas, cuñada del General Rafael Urdaneta, con quien tuvo dos hijos.

Bolívar, enfermo y cercado por la oposición, renunció a la presidencia de Colombia el 27 de abril de 1830. Sus enemigos desmembraron la Gran Colombia. El 4 de junio fue asesinado Antonio José de Sucre, quien se perfilaba como seguro sucesor de Bolívar. El Congreso, partidario de Bolívar, apoyó a los oficiales que trataron de defender el programa del Libertador, entre ellos al general Rafael Urdaneta, quien depuso al vicepresidente encargado de la primera magistratura, Domingo Caycedo y asumió transitoriamente la presidencia, el 5 de septiembre.

Al morir Bolívar, el 17 de diciembre, la situación fue cada vez más difícil para sus amigos. El general Caycedo, se declaró en ejercicio de la presidencia y, finalmente, mediante el Convenio de Juntas de Apulo, Urdaneta le entregó el mando el 2 de mayo de 1831. Como parte del Convenio Melo y otros oficiales fueron desterrados.

Melo marchó a Venezuela, con su entonces concuñado Urdaneta. Allí se vinculó al grupo de oficiales patriotas que se levantaron contra el presidente José María Vargas, en 1835, para exigir la reconstitución de la Gran Colombia, y la adopción de profundas reformas políticas y económicas.


Melo se dirigió en diciembre de 1836 a Europa, donde además de estudiar en la Academia Militar en Bremen, Sajonia, se interesó por las ideas socialistas que se debatían en círculos locales.

En 1841 regresó a Ibagué, donde llegó a ser jefe político del cantón. Se casó, en segundas nupcias, en 1843, con la panameña Juliana Granados, con quien tuvo un hijo, Máximo. Participó de la fundación de las Sociedades Democráticas que organizaron los artesanos e intelectuales socialistas influenciados por Saint-Simon y Fourier, y apasionados lectores de la obra de Luis Blanc, La Organización del Trabajo y el recientemente publicado libro de Proudhon, ¿Qué es la Propiedad? Estas sociedades se opusieron al libre comercio con Inglaterra, Francia y Estados Unidos por considerar que las importaciones los arruinaban e impedían el nacimiento de la industria nacional; exigieron el respeto a los Resguardos Indígenas y la abolición de la esclavitud, y rechazaron el Tratado de Comercio y Navegación con Estados Unidos, firmado por el presidente conservador Tomás Cipriano de Mosquera, que le daba facultades a ese país para intervenir en Panamá.

Las Sociedades Democráticas apoyaron la candidatura presidencial del general bolivariano José Hilario López, que proponía abolir la esclavitud. Entonces las elecciones eran indirectas, los ciudadanos varones elegían compromisarios. Aprovechando la división conservadora, López obtuvo más votos que cualquiera de los tres candidatos conservadores y el pueblo de Bogotá se levantó en su apoyo para evitar que los conservadores se unieran. Elegido presidente, se aprobaron en 1850 dos leyes propuestas por su ministro de Hacienda Manuel Murillo Toro, una de reforma agraria según la cual el cultivo debe ser la base de la propiedad de la tierra, y otra que limitó la tasa de interés para librar al pueblo de la usura; y el 21 de mayo de 1851 la ley de libertad de los esclavos.


lunes, 15 de febrero de 2016

Repaso para Diagnóstica de Historia 9o, 15 de febrero de 2016.

Material de repaso inicial para DIAGNÓSTICA de Historia y Democracia I Período.

La actividad es exclusiva por el momento para estudiantes en seguimientos y asesorías de primer período.
Desarrollar:
 1. Síntesis de los Borbónes.
2. ¿Qué es el despotismo ilustrado en la REvolución Francesa?
3. Distinguir las causas de la Rev. Francesa según sean políticas, económicas, sociales y culturales.
4. ¿Cuál fue el aporte de John Locke para la Rev. Francesa?

La familia de los Borbónes en España:

Esta es una de las familias más antiguas en el poder en Europa. La Casa de Borbón (en francés: Bourbon, en italiano Borbone) es una casa real de origen francés (aunque la primera corona a la que accedió fue la del Reino de Navarra), actual casa reinante en España y en el Gran Ducado de Luxemburgo. Gobernaron primero en Navarra y Francia, pero para el siglo XVIII los miembros de la Casa de Borbón llegaron a los tronos de España y sur de Italia, destacando el Reino de las Dos Sicilias, además de varios pequeños ducados y condados. Hoy día tienen el poder en España principalmente.

Felipe V, duque de Anjou, también conocido como el Animoso, nació el 19 de diciembre de 1683 en Versalles. Su abuelo fue el rey francés Luis XIV y sus padres el Gran Delfín de Francia, Luis y María Ana Victoria de Baviera.


Heredó el trono español al morir Carlos II (último monarca de la casa de Austria o Habsburgo en España) sin descendencia y nombrarlo éste como heredero a su muerte en 1700, convirtiéndose así en el primer Borbón de la línea dinástica española con la condición de que la nueva dinastía no podría jamás unirse con la francesa. En 1701 juró como rey de España ante las Cortes castellanas.

Este nombramiento no agradó a los Austrias que veían con derechos más legítimos para el trono al archiduque Carlos, lo que provocó un enfrentamiento entre el rey de Francia, Luis XIV, el emperador de Austria y los países aliados de ambos bandos. 

El 9 de julio de 1746, Felipe V, descendiente de los primeros borbónes, murió en Madrid, sucediéndole en el trono su hijo Fernando VI. Por expreso deseo del monarca, su cuerpo fue enterrado en el palacio de la Granja de San Ildefonso. Luego, con la llegada de Fernando VII se pierden las colonias en América por la guerra con el Imperio Napoleónico, retomando el poder cuando Jose Bonaparte (hermano de Napoleón) se retiró, intentado reconquistar las Américas (período conocido en Colombia como la Reconquista española o Régimen del Terror-similar a lo ocurrido en Francia durante la Revolución-), marcando así el período de la Restauración desde 1815, instante en que se intenta volver a las monarquías absolutistas, las mismas que estaban antes de la Revolución Francesa, y aunque retomaron el poder, no lograron imponer su voluntad al 100 %.

Consecuencias de la Revolución Francesa

1. Fin del Antiguo régimen. La Revolución Francesa abolió todos los elementos del feudalismo como la servidumbre, los privilegios del clero, también llegaron a su fin la varias de las familias nobles de la época, producto del desplazamiento de los burgueses.

2. Se estableció un nuevo orden sobre la base de la " Declaración de los Derechos del Hombre", también conocida como el principio de los derechos civiles. La Declaración tiene un lugar muy importante en la historia del hombre, junto con otros documentos del mundo - de importancia mundial, tales como la Carta Magna (para el pueblo Inglés) del siglo XIII, y la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de América del siglo XVIII.

3. La bandera o lema de la Revolución Francesa fue "Libertad, Igualdad y Fraternidad". Para los franceses, la libertad significa el derecho a la propiedad, la seguridad de la vida, a la resistencia, al culto, a la libertad de expresión y de prensa. Igualdad significa la ausencia de todos los elementos del feudalismo, incluyendo la servidumbre y los privilegios de la clero y la nobleza.

4. La Revolución francesa difundió las ideas del nacionalismo y la democracia a todo el largo y ancho del mundo. El lema democrático francés: "Libertad Igualdad, Fraternidad ", pronto se convirtió en el consigna de los oprimidos y los pueblos oprimidos del mundo. La filosofía de Locke , Rousseau ,Montesquieu y Voltaire despertaron a los pueblos del mundo a partir de su largo sueño de ignorancia para que se unieran a las luchas por las causas nacionalistas y democraticas.

5. Las primeras ideas que manifiesto la Revolución causaron recurrentes periodos de inestabilidad y tensión social en el siglo XIX en Francia, que llevó al golpe de Estado por parte de Napoleón Bonaparte (el consulado de 1799) principio de lo que sería el Primer Imperio Francés o Imperio Napoleónico, la restauración borbónica (1814-5), las revoluciones de 1830 y 1848, el golpe de Estado de 1851 y la Segunda y luego Tercera República.
6. Toda Europa sintió el impacto de la Revolución de 1789. De hecho, la historia europea combina en la historia de una nación, un evento y un solo hombre: la nación es Francia, el evento es la Revolución francesa, y el hombre es Napoleón, "un hijo de la revolución".

7. La Revolución de 1789 selló el destino de la monarquía, de una vez por todas. Se había allanado el camino para la democracia. Los creadores de la Revolución establecieron la idea de un monarquía limitada. Cuando los Borbónes volvieron al trono, luego de la caída del imperio de Napoleón Bonaparte, sería de un papel de monarcas limitados o constitucional.

8. La Revolución Francesa durante sus periodos "Asamblea Nacional" y "Convención Nacional", inicio varias reformas sociales y económicas. En ella se abolió la esclavitud de los negros y la prisión por deudas. A las mujeres se les garantiza protección en sus reclamaciones de propiedad en común con los hombres. Se aprobaron nuevas leyes de la herencia, por el cual todos los herederos debían heredar la propiedad igualmente (fin del mayorazgo).

9. El Sistema métrico fue otro efecto de la revolución, que posteriormente fue adoptado por toda Europa y algunos países asiáticos.

10. La Revolución Francesa fue una faro de inspiración y esperanza a la humanidad doliente, a pesar de que aconseja moderación en el logro de la libertad.

11. La violencia del Gobierno del Terror durante la Revolución (en contra de los miembros del antiguo régimen y cualquier disidentes del nuevo gobierno) más tarde influyó en la violencia contra los ciudadanos de otros países atrapados en las revoluciones, como en la Rusia del año 1917 (Revolución Rusa).
Resultado de imagen de despotismo ilustrado

EL DESPOTISMO ILUSTRADO


El régimen político más extendido en el siglo XVII es el absolutismo. El absolutismo del siglo XVIII recibe el nombre de “Despotismo Ilustrado”, que se puede definir como “la utilización de la ideología ilustrada por parte de las leyes absolutas para mantener su absolutismo”, en otras palabras, la manera inteligente de mantener el poder y hacer parecer que la forma de gobierno era la más apropiada, manteniendo oprimido al mismo pueblo. 

La Ilustración es un pensamiento crítico y reformista. Los reyes absolutos, pues, del siglo XVIII (los llamados “déspotas ilustrados”), toman de la Ilustración lo que les conviene y, apoyándose en ella, introducen en sus estados una serie de reformas y mejoras importantes: suprimen los restos que aún quedaban de feudalismo (es el caso de Federico II de Prusia y María Teresa de Austria); protegen la agricultura con la construcción de canales y pantanos y con la introducción de nuevos cultivos; urbanizan y modernizan las ciudades (Carlos III de España fue el que convirtió a Madrid en ciudad moderna abriendo grandes avenidas, construyendo monumentos y dotándola de alumbrado público).

Introducen reformas judiciales, por ejemplo, suprimiendo la tortura que hasta entonces se había utilizado por los jueces como forma corriente de investigación; y crean multitud de centros educativos, como academias y universidades. Sin embargo, estas reformas se llevan a cabo sin contar con el pueblo; el lema del despotismo ilustrado es “todo para el pueblo pero sin el pueblo”.

Además, rechazan lo que es más importante de la Ilustración: la libertad política. Por eso, la burguesía ilustrada, que al principio apoya la reforma de los reyes, cuando ven que estos no conceden lo más importante, la libertad, se vuelven contra el absolutismo y se producen revoluciones.

Biografía de John Locke

(Wrington, Somerset, 1632 - Oaks, Essex, 1704) Pensador británico, uno de los máximos representantes del empirismo (aprendizaje en base a la experiencia) inglés, que destacó especialmente por sus estudios de filosofía política. Este hombre polifacético estudió en la Universidad de Oxford, en donde se doctoró en 1658. Aunque su especialidad era la medicina y mantuvo relaciones con reputados científicos de la época (como Isaac Newton), John Locke fue también diplomático, teólogo, economista, profesor de griego antiguo y de retórica, y alcanzó renombre por sus escritos filosóficos, en los que sentó las bases del pensamiento político liberal. Locke se acercó a tales ideas como médico y secretario que fue del conde de Shaftesbury, líder del partido Whig, adversario del absolutismo monárquico en la Inglaterra de Carlos II y de Jacobo II. Convertido a la defensa del poder parlamentario, el propio Locke fue perseguido y tuvo que refugiarse en Holanda, de donde regresó tras el triunfo de la «Gloriosa Revolución» inglesa de 1688.

Locke fue uno de los grandes ideólogos de las elites protestantes inglesas que, agrupadas en torno a los whigs, llegaron a controlar el Estado en virtud de aquella revolución; y, en consecuencia, su pensamiento ha ejercido una influencia decisiva sobre la constitución política del Reino Unido hasta la actualidad. Defendió la toleranciareligiosa hacia todas las sectas protestantes e incluso a las religiones no cristianas; pero el carácter interesado y parcial de su liberalismo quedó de manifiesto al excluir del derecho a la tolerancia tanto a los ateos como a los católicos (siendo el enfrentamiento de estos últimos con los protestantes la clave de los conflictos religiosos que venían desangrando a las islas Británicas y a Europa entera).

En su obra más trascendente, Dos ensayos sobre el gobierno civil (1690), sentó los principios básicos del constitucionalismo liberal, al postular que todo hombre nace dotado de unos derechos naturales que el Estado tiene como misión proteger: fundamentalmente, la vida, la libertad y la propiedad. Partiendo del pensamiento de Thomas Hobbes, Locke apoyó la idea de que el Estado nace de un «contrato social» originario, rechazando la doctrina tradicional del origen divino del poder; pero, a diferencia de Hobbes, argumentó que dicho pacto no conducía a la monarquía absoluta, sino que era revocable y sólo podía conducir a un gobierno limitado.

La autoridad de los Estados resultaba de la voluntad de los ciudadanos, que quedarían desligados del deber de obediencia en cuanto sus gobernantes conculcaran esos derechos naturales inalienables. El pueblo no sólo tendría así el derecho de modificar el poder legislativo según su criterio (idea de donde proviene la práctica de las elecciones periódicas en los Estados liberales), sino también la de derrocar a los gobernantes deslegitimados por un ejercicio tiránico del poder (idea en la que se apoyarían Thomas Jefferson y los revolucionarios norteamericanos para rebelarse contra Gran Bretaña en 1776, así como los revolucionarios franceses para alzarse contra el absolutismo de Luis XVI en 1789).

Locke defendió la separación de poderes de Montesquieu como forma de equilibrarlos entre sí e impedir que ninguno degenerara hacia el despotismo; pero, por inclinarse por la supremacía de un poder legislativo representativo de la mayoría, se puede también considerar a John Locke como un teórico de la democracia, hacia la que acabarían evolucionando los regímenes liberales. Por legítimo que fuera, sin embargo, ningún poder debería sobrepasar determinados límites (de ahí la idea de ponerlos por escrito en una Constitución). Este tipo de ideas inspirarían al liberalismo anglosajón (reflejándose puntualmente en las constituciones de Gran Bretaña y Estados Unidos) e, indirectamente, también al del resto del mundo (a través de ilustrados franceses, como Montesquieu o Voltaire).

La Ilustración

Se denomina Ilustración, al movimiento de renovación intelectual, cultural, ideológica y política que surgió en Europa, como resultado del progreso y difusión de las Nuevas Ideas y de los nuevos conocimientos científicos; los mismos que iluminaron la mente de los hombres, a la vez que contribuyeron a modificar su espíritu. La ilustración alcanzó su mayor desarrollo en el siglo XVIII, llamado, por ello “Siglo de las Luces”.

En toda Europa se hablaba de que se estaba viviendo en la “Época de las Luces”, en que los hombres iluminados por la luz de la razón debían establecer una nueva organización que habría de reemplazar al caduco Antiguo Régimen.

Bajo el dominio de la razón el hombre se plantea nuevas interrogaciones: desprecia el pasado, reniega de las viejas creencias, enfrenta las doctrinas inamovibles de la iglesia y se vuelve hacia nuevas formas de pensamiento con la intención de iluminar sus conocimientos. Por ello el siglo XVIII se conoce como “Siglo de las Luces”.

Características de la Ilustración
Las principales características de la Ilustración, son las siguientes:
El excesivo predominio de la razón, del “libre examen”, del libre pensamiento, como guías exclusivas del hombre, no sólo en la búsqueda del saber y el incremento de los conocimientos, sino también, en el estudio de su época y su cultura.

La crítica así como el duro ataque al orden de cosas imperante, que se manifestaron mediante una “marcada tendencia a apartarse”:

De lo abstracto, es decir, de lo incomprensible, en las ciencias
De lo revelado, esto es, de las verdades de la iglesia Católica, en religión, propendiendo a la tolerancia.
De la tradición, es decir, del Absolutismo en política.
Por una marcada inquietud por aprender y por enseñar; por ensanchar los conocimientos; por hacer progresar las ciencias; por lograr el desarrollo de la cultura.

Representantes de la Ilustración

La ilustración fue, pues, obra de vigorosos pensadores, de intelectuales de renombre, de eminentes hombres de ciencia que difundieron. preferentemente, las nuevas ideas, así como otros conocimientos que revolucionaron el siglo XVIII.

Este caudal maravilloso de opiniones y pensamientos se vio grandemente enriquecido gracias, precisamente, a la magnifica contribución de aquellos eminentes innovadores de la ciencia económica, denominados “Economistas”, quienes pertenecen igualmente a esta luminosa corriente intelectual de la Nuevas Ideas.

Las Nuevas ideas, nacidas mayormente en el seno de las Burguesía, bien pronto se divulgaron por casi todas las clases cultas de las sociedad, como, asimismo, en el pueblo y en ciertos sectores del Clero. Igualmente lo hicieron en algunas monarquías, en las que, soberanos liberales, dieron origen al Despotismo Ilustrado. El medio más eficaz de difusión de las Nuevas Ideas, es decir, del pensamiento Ilustrado, fue la Enciclopedia, monumental diccionario de los conocimientos humanos hasta entonces logrados.

Estas nuevas ideas perseguían fundamentalmente:
En el Orden Político: La abolición del Régimen Absolutista y el establecimiento de la soberanía popular; asimismo, el reconocimiento de la libertad individual.
En el Orden Social: El establecimiento de la justicia para todas las clases de la sociedad; así como el reconocimiento de la igualdad entre todos los hombres.
En el orden Económico: La libertad de comercio e industria y, asimismo, el pago de impuestos por todos los ciudadanos, sin distinciones ni privilegios.

Influencia de la Ilustración

Entre los máximos representantes se encuentran Los Filósofos

Los Filósofos, denominados también pensadores políticos, fueron aquellos escritores de gran talento, intelectuales de renombre, que estudiaron con ahínco la situación política y social de Francia como de otras naciones de Europa, y luego criticaron los errores del Antiguo régimen, es decir, del sistema absolutista hasta entonces imperante. Defendieron, por medio de sus escritos, la abolición de la desigualdad social, de los privilegios y de la censura, pero, preferentemente, de la monarquía absoluta. Se mostraron, pues, partidarios del establecimiento de un gobierno elegido por el pueblo (gobierno democrático).

Las nuevas ideas, difundidas por estos esclarecidos pensadores, ya mediante sus propios libros, o por medio de la Enciclopedia, prepararon el clima, las conciencias, para el estallido de la Revolución Francesa, en razón de ello, considerándoles como los precursores ideológicos de este grande e histórico movimiento politico-social.

Los principales filósofos fueron: Rousseau, Voltaire y Montesquieu, fieles continuadores de la magnificas obra de aquel genial pensador ingles: John Locke (1632-1704), considerado como el “Padre de las nuevas Ideas”, debido a que fue el primero que negó la doctrina del derecho divino de la autoridad real y que, asimismo, rechazó el sistema absolutista; concediendo en cambio, importancia singular a la opinión de los ciudadanos en la elección de los gobiernos, echando así las bases de la soberanía popular. Tales nuevas ideas sacudieron desde los cimientos el absolutismo europeo.

Rousseau (1712-1778)

Juan Jacobo Rousseau, nacido en Ginebra (Suiza), está considerado como uno de los escritores que mayor influencia ejerció en la Revolución francesa, pues no solo se concretó a criticar los errores del absolutismo, sino que, yendo mas alla, se mostró partidario de una reforma radical, de una reforma total de la sociedad y el gobierno mediante la abolición de la Monarquía absoluta y el establecimiento de la Democracia, “impuesta si fuera necesario por la fuerza de la Revolución”. Rousseau afirmó, asimismo, que la ley es la expresión de la voluntad popular, y que, en razón de ello, la fuente de la soberanía radica en el pueblo, en la nación.

Sus nuevas ideas las expuso brillantemente en sus discursos sobre el Origen de la desigualdad de los hombres y, sobre todo, en su libro fundamental: “El Contrato Social”.Juan Jacobo Rousseau

Voltaire (1694-1778)

Voltarie, cuyo verdadero era Francisco María Arouet, nació en París y ha logrado celebridad como literato, historiador y filosofo. Poseído de un agudo e ingenioso espíritu, fue el critico mas implacable y demoledor del Antiguo régimen y del clero. Para ello se sirvió de la sátira y de la burla.

De formidable talento fue, asimismo, uno de los personajes mas brillantes del siglo XVIII y, asu vez, uno de los que mayor influencia logró ejercer en su época y en la Revolución Francesa.

Desde Joven había sufrido las arbitrariedades del régimen absolutista imperante en Francia, pues fue encarcelado en la Bastilla por sus “ácidas y mordaces criticas a la sociedad, el gobierno despótico y la religión”. Viajó luego a Inglaterra y, maravillado entonces de su gobierno constitucional, escribió de regreso a su patria, su magistral obra: “Cartas sobre los ingleses”, libro en el que después de examinar las doctrinas democráticas de Locke quedó maravillado del sistema liberal ingles.

Voltaire se mostró, pues, partidario de la supresión del absolutismo y de la desigualdad social, así como de la intolerancia religiosa. Con su espíritu ingenioso, combativo e irónico consiguió, finalmente, que el pueblo perdiera el respeto y el temor al Rey y a las altas clases de la sociedad.

Montesquieu (1689-1775)

Carlos de Secondat, barón de Montesquieu, era un noble ilustrado, un pensador eminente que ejerció gran influencia en la Revolución Francesa. A la edad de 30 años escribió su primer libro: “Las cartas persas”, en el que satirizó las costumbres de la sociedad y de las instituciones políticas de Francia; pero su obra magistral lo constituyo “El espíritu de las leyes”, en la que se declara partidario del gobierno parlamentario ingles, así como el establecimiento del Estado perfecto, a base del gobierno de tres poderes, separados y perfectamente limitados en sus funciones: el Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial, fundamento de los actuales gobiernos democráticos del Mundo.

Los Economistas

Los economistas fueron:

Adam Smith Considerado como el Padre de la Economía Política sostuvo que el trabajo, en sus diferentes formas, era la única fuente de riqueza y “que debía realizarse con absoluta y total libertad, de donde provino el nombre de liberal que se dio a su escuela”. Como los anteriores economistas reclamo mayor protección y libertad para las actividades económicas, pero se diferenció de aquellos en que concedió igual importancia tanto a la agricultura y la ganadería como a la industria y el comercio. Adam Smith escribió la celebre obra “La Riqueza de las Naciones”.

La Enciclopedia

En el siglo XVIII salió a la luz La Enciclopedia, monumental obra publicada en 28 tomos, verdadera recopilación de los conocimientos humanos hasta entonces logrados (ciencias, artes, letras, política, religión y moral); autentico diccionario razonado universal, escrito por un grupo de filósofos, economistas y hombres de ciencia, así como por otros escritores de gran talento, entre quienes destacaron: el filosofo Diderot y el matemático D’ Alembert, que dirigieron la obra; colaboraron asimismo: Rousseau, Voltaire, Montesquieu, etc.


DIDEROT Y VOLTARIRE, grandes representantes del enciclopedismo.

“Entre 1751 y 1772 la Enciclopedia reunió unos sesenta mil artículos en veintiocho volúmenes preparados por 160 colaboradores. Durante esos veinte años sus autores debieron afrontar suspensiones, persecuciones y censuras. Entre 1776 y 1780 apareció un suplemento de siete volúmenes”.














Entre las nuevas ideas que difundió la Enciclopedia tenemos: la de la soberanía popular, la de la libertad individual y la de la libertad de pensamiento, asimismo, la de la libertad de industria y comercio. Combatió, igualmente, a las ideas religiosas y el absolutismo monárquico. La Enciclopedia fue “el vehículo máximo de las ideas de la Ilustración”, por su espíritu critico y liberal. Diderot, Hizo de la Enciclopedia la fuente ideológica de la Revolución.

HISTORIA DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS EN COLOMBIA



En la mitad del siglo XIX comenzaron a estructurarse los partidos políticos tradicionales de Colombia. Primero fue el Liberal en 1848 y cuyo programa fue esbozado por José Ezequiel Rojas. El año siguiente, 1849, Mariano Ospina Rodríguez y José Eusebio Caro, redactaron el programa correspondiente al Conservador. (Revisar apuntes del cuaderno).

A grandes rasgos, la sociedad en esta Colombia antigua se dividía en dos grupos que diferían dos cosas, unos abogaban por la tradición política con la que se venía, y en este grupo estaban: Los esclavistas, burócratas, terratenientes, militares de alto rango y clero, para quienes la situación era ideal y debía ser mantenida a toda costa. Parafraseando a Álvaro Tirado Mejía: "tenían mucho que conservar". Los otros, apoyaban la idea de transformar al Estado Colombiano y eran los comerciantes, los indígenas, los esclavos y los artesanos.

Hay una tradición histórica que ha postulado que los orígenes de los partidos Liberal y Conservador se remontan a la herencia de las querellas que existieron entre los bolivarianos y los santanderistas, pero leer un acápite del programa conservador de Mariano Ospina Rodríguez nos desdibuja esta hipótesis porque,  en el programa conservador de 1849, Ospina Rodríguez escribió: "Ser o no ser enemigo de Santander, de Azuero o de López, no es ser conservador: porque Santander, Azuero y López, defendieron también, en diferentes épocas, principios conservadores. Haber sido amigo de estos o aquellos caudillos en las guerras por la Independencia, por la libertad o por la Constitución, no constituye a nadie Conservador; porque alguno de estos caudillos han defendido también alguna vez principios conservadores".

Sin embargo, los Conservadores, liderados por Mariano Ospina Rodríguez, preferían continuar con el Estado colonial que se había alargado porque las transformaciones podían interferir con sus intereses económicos: la abolición de la esclavitud, por ejemplo, afectaba los intereses económicos de los esclavistas, porque perderían el dinero que los esclavos les habían costado y se verían obligados a contratar jornaleros. Además, convertir, en términos jurídicos iguales a todos los hombres, les derrumbaba su poder social.

La situación de los liberales era muy diferente. Para ellos, el cambio era totalmente significativo e implicaba transformar el Estado, pasando de unas relaciones coloniales a un Estado con leyes generales para todos. En Las ideas liberales en Colombia, de Gerardo Molina, se enumeran las reformas que los liberales proponían en la segunda mitad del siglo XIX:
  1. Abolición de la esclavitud
  2. Libertad absoluta de imprenta y de palabra
  3. Libertad religiosa
  4. Libertad de Enseñanza
  5. Libertad de industria y comercio, inclusive el de armas y municiones
  6. Desafuero eclesiástico
  7. Sufragio Universal, directo y secreto
  8. Supresión de la pena de muerte y dulcificación de los castigos
  9. Abolición de la prisión por deuda
  10. Juicio por jurados
  11. Disminución de las funciones del Ejecutivo
  12. Fortalecimiento de las Provincias
  13. Abolición de los monopolios, de los diezmos y de los censos
  14. Libre cambio
  15. Impuesto único y directo
  16. Abolición del ejército
  17. Expulsión de los Jesuitas