La ética, la moral, la bioética, libertad moral, y conciencia.
1.1.
La ética es más que la abstracción de los
comportamientos del hombre y de los humanos, es la vida misma y los juicios de
valor que posee para representar y describir su vida en sociedad. Absolutamente
todos somos seres éticos al pensar y repensar nuestros entornos y las
relaciones de los hombres con su ambiente, sin embargo, la ética se ha venido
convirtiendo en la ética del consumo, tal como lo expone Adela Cortina, el bien
y el mal están determinados por el mercado, lo obtenido de él y las
conveniencias para la multiplicación de las necesidades satisfechas, es el
punto en el que se está envolviendo una definición sintética de la palabra;
¡hay muchas éticas… un solo mercado mundial!.
1.2.
La moral es la parte primaria de la ética, es
el ejercicio de los modos de vida, la acción del individuo en su conducta,
determinada por las condiciones y el fin del hombre, el sentido de vida que se
le imprime de forma individual pero que a pesar de lo particular se delimita
gracias a la ética social o a esa ética moral que la sociedad impone, así
coincide la vida y la doctrina (el pensamiento y la costumbre).
1.3.
No podemos negar los favores recibidos de la
ciencia, pero tampoco podemos pensar que la formación intelectual científica de
la bioética aún se ve permeada por la aparición de pensamientos impositivos que
encaminan políticas de desarrollo y de subordinación a las reflexiones humanas
del respeto, la tolerancia, la equidad y la igualdad del hombre, todas como
parte misma de la naturaleza. Se debe rescatar el valor del debate en el fondo
del descubrimiento científico, el valor de la vida como principio rector del
progreso pero sin perder un horizonte de la valoración de las diferencias entre
los mismos hombres como seres integrales y dignos.
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